No importa tanto lo que seamos, sino qué hacemos con lo que ya sabemos que no somos.
El buscador autómata, el programado en mayor medida que el consciente de su programación, o que lleva tiempo desprogramándose conscientemente, busca respuestas desde el Ego condicionado. Busca saber en forma de conocimiento intelectual, de memorización, de más programación. Sin juzgar como bueno o malo cosa alguna, quien ya va descubriendo qué no es, quien o qué partes de si mismo no son él mismo, puede hacer o no hacer algo con ello; la libertad o libre albedrío correspondiente a la evolución considerada humanidad está presente y es, por así decirlo, una ley inmutable del juego de la existencia, como sería la gravedad para quienes participan junto a la evolución de un planeta. ¿Por qué se dice que somos dioses,..., o hijos de dios, o seres inteligentes, o concientes de nosotros mismos…? Podemos hacer algo con lo que sabemos que no somos. Podemos hacer algo con aquello que no nos gusta desde la conciencia que nos da el reconocimiento de la conveniencia o no conveniencia de hacer según qué cosas. Esto se aprende por experimentación personal, o por resonancia con la experiencia de otros, sin esta resonancia, repetiríamos eternamente el ciclo de empezar de cero para experimentarlo todo de nuevo, indefinidamente, en un bucle interminable absurdo. Absurdo en cuanto a suponer, que nada inteligente, con algo de inteligencia, desearía en forma alguna repetir constantemente lo mismo. Esto sería lo más acorde a la palabra locura: Repetir siempre lo mismo. ¿Repetimos siempre lo mismo?... ¿Nos dejamos llevar por las circunstancias para no hacer algo por cambiar algo?... Sea exteriormente, en nuestro entorno, o en nuestro interior, siempre podemos hacer algo, podemos modificar algo, experimentar algo distinto a lo acostumbrado. Entonces la mente programada pregunta qué hay que hacer, y el que se siente, o comienza a sentirse alejado de tal programación, no pregunta sino hace, incluso pudiendo preguntar primero para sentir luego la acción, o la no acción, que también es una forma de hacer; para finalmente no importar tanto lo que somos, sino lo que hacemos con lo que vamos descubriendo que no somos. ¿No te gusta algo del mundo que te rodea?... CAMBIALO… ¿No puedes cambiarlo en la forma que te gustaría?, ¿quizá acabando con aquellos que juzgas no adecuados para la convivencia que crees debería ser estar en la tierra?... CAMBIATE TÚ POR DENTRO, las leyes universales de la existencia harán el resto, sólo hay que esperar dejando de alimentar lo que deseas cambiar, y lo mágico se volverá real.
Decía un dicho: “Solo hay que esperar en la puerta de tu casa, para ver como tu enemigo pasa en traje de pino”…
A veces, lo mejor que se puede hacer, es no hacer algo con respecto a algo exterior, sino adquirir la paz-ciencia que nos dará a su tiempo todo lo que necesitamos para seguir evolucionando. Y con esto no digo que no se ha de hacer algo, ni que se haya que hacer, sino que cada uno sienta lo que hacer, y lo haga. ¿Qué sientes hacer?... ¿Por qué no lo haces?... ¿Por qué no queremos cambiar?... ¿Por qué la humanidad sigue bucleada entre dualidades de -ismos; feudalismo, imperialismo, capitalismo, comunismo, cristianismo, islamismo,...,egocentrísmo...?
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