miércoles, 27 de julio de 2011

EL LENGUAJE DE LA VERDAD


¿Pudiera ser aquello llamado Conocimiento de la Verdad, algo equivalente a palabras de un idioma expresadas en otro?...
La realidad oculta, o Verdad intrínseca de la existencia, podría ser un lenguaje, el idioma de nuestro Ser o el Ser que se manifiesta a través nuestro, llevado a su máximo exponente expresivo dentro de nuestras limitaciones en este ámbito. Así podríamos denominar a la Verdad, como el lenguaje de Dios para con nosotros en base a nuestra forma expresiva. Y según su utilidad, tal lenguaje podría darnos la información necesaria para llamar a nuestra acción, en forma de encarar cualquier problema o asunto que nos perturbe. Considerado en su máximo exponente, contendrá un alto grado de inteligencia efectiva evolutiva, para ser un lenguaje que basado en la perfección intrínseca de todo, sus causas y efectos manejados en forma efectiva, que no pueden escapar al fluir natural de las leyes divinas creativas, será capaz de elevarnos sobre todas las cosas y circunstancias de forma efectiva… En caso de no ser así, de no tener tal herramienta disponible a nuestro libre albedrío, sería como si dios jugase a los dados con la humanidad, cosa que hasta la ciencia rechaza claramente, aunque prefiera hablar del azar cuando no quieren reconocerse como ignorantes. Alber Einstein ya lo expresó de este modo: “Puedo decir que Dios no juega a los dados con la humanidad”.
Nuestro ritmo natural evolutivo está en la paz interior, la tranquilidad, la calma y el equilibrio. Tal estado lo perseguimos en muchas formas, cuando paseamos, escuchamos música, leemos, yendo al bosque, o al mar... La aberración llegó, cuando cambiamos los porcentajes entre estrés-calma, y ahora pasamos más horas preocupados, con miedo, condenando a otros y a nosotros mismos, que en paz y equilibro interno natural. El estrés, no es más que el instinto de supervivencia activado para hacernos más efectivos en salvar la vida, en huir de un depredador o situación de peligro, pero nos habituamos a vivir en tal estado, nos educaron para competir entre nosotros, a pelearnos constantemente con los demás y con nosotros mismos.
Cuando nos perturba algo salimos de la paz, y nos desgastamos, envejecemos y morimos si no sabemos recargarnos en paz. ¿Podemos usar el lenguaje de la Verdad a favor del restablecimiento de la paz en nosotros?... ¿Podemos llegar a conocer la Verdad que nos hará libres de lo absurdo?... Si no buscamos las respuestas en nosotros mismos, aplicando la investigación a nosotros…, ¿quién nos traerá la paz, si es un estado de cada cual?
Isaac Fernández de la Villa.

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