martes, 28 de junio de 2011

LA VIDA INSÍPIDA PREFRABRICADA POR UNOS POCOS.

 
Una vez oí que el mejor pescado o marisco de España, ¿está en Madrid?... Donde curiosamente no hay costa. El poder del dinero, el sistema social implantado para que una mayoría de la humanidad sólo alcance a comer zanahorias insípidas de supermercado, muy bonitas por fuera, pero aguadas, sin dulzura, sin naturalidad… Y recuerdo aquellos huevos fritos que comía de niño en casa de mi abuela, y aquella merluza rebozada, que sabía a merluza, no a plástico descongelado… Hasta el azucar Moreno que nos venden está sólo moreno en la foto del paquete, para no diferenciarse mucho del blanco, cuando a cucharadas me lo comía de pequeño, ahora ni para endulzar sirve... ¿Qué pasó con la libertad de comer gustosamente lo que la naturaleza nos dio sabiamente?... Comida prefabricada, hecha a bajo coste para el mayor rendimiento posible, el capitalismo deshumanizado que nos quita la libertad de lo sencillo, de lo cotidiano, donde la ganancia está muy por encima de la calidad. Teléfonos móviles de usar y tirar, con cargadores distintos con cada modelo, para tener que comprarlos junto al aparato, para crear basura inútil mientras sigue teniendo utilidad cuando se tiran… Fluoran el agua cuando podían añadir vitaminas, en vez de veneno… Y trabajé en cierta ocasión analizando aguas y nadie del laboratorio de una empresa pública, supo realmente contestarme al por qué se fluoraba… Ya se sabe, nos envenenan para mantener nuestra mente sumisa, involucionada, complacientes hipnotizados por una carencia planeada que nos lleva a buscar lo barato dentro de lo malo en cualquier supermercado de comida comercial, hormonada, coloreada, para en lujosos restaurantes quedar en manos de quienes tienen los bolsillos llenos con la expoliación mundial humana, el natural placer de comer bien, con fundamento, con la vitalidad de lo fresco y de calidad terrestre…
Mientras, los fármacos, extraídos de las plantas en su mayoría, de la naturaleza, sustituye a lo natural, para realimentar el bucle de enfermedad y obsesión neurótica por una salud que se nos viene quitando desde hace un tiempo, sutilmente, en la oscuridad de la codicia de corazones ambiciosos; planeadores de genocidios a medio y largo plazo para poder mantener los niveles de población fácilmente manipulables…

ESTE MUNDO CREADO POR LO ABSURDO DE LA CODICIA HA DE DERRUMBARSE DE ALGÚN MODO. Es insostenible, es impermitible por más tiempo… Eso sí, los que están en la cumbre recrudecerán sus tentáculos extorsionadores a la mayoría que controlan. Y todo forma parte del juego evolutivo, así que hay que jugar, de un lado u otro, porque al final el juego nos come de algún modo, y nos arrepentiremos de no haber actuado a tiempo… ¿Quizá cuando se nos obligue a implantarnos microchip?... Esto ya se está haciendo en Estados Unidos, y convencen que es algo bueno, como siempre, decorando zanahorias insípidas para engañarnos en el fondo del asunto…
DESPERTAD, DESPERTAD, DESPERTAD, ACTUAD, ACTUAD, ACTUAD… Que el tiempo está pronto y la “lucha” se recrudece sin que nos demos cuenta en la complacencia de comer y beber basura en forma conformista.



Isaac Fernández de la Villa.

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