domingo, 3 de julio de 2011

LO QUE SENTIMOS NO SIEMPRE ES NUESTRO


En cierto espacio del mundo espiritual, escuché decir que; “Todo lo que se te mueve, o te afecta Es tuyo”… Pero claro, si nos ponemos frente a una fuente de radiación, radiactiva, ¿es nuestro el cáncer que nos puede provocar en el cuerpo físico?... Si estando en paz, nos movemos en un ambiente de energías de algún tipo…¿es nuestro el que nos sintamos acordes con esas energías?... Podrá ser culpa nuestra que una fuente nuclear o radiactiva nos afecte si elegimos exponernos a ella, pero nuestra, será únicamente la respuesta que tenemos al sufrir las consecuencias de la misma. NO ES NUESTRO QUE NOS SINTAMOS ENOJADOS CUANDO NOS MOVEMOS EN UN AMBIENTE DE VIOLENCIA DONDE MUCHOS ENOJADOS ACTUAN VIOLENTAMENTE, AUNQUE NO ACTUEN Y SÓLO EMITAN TAL FRECUENCIA… NO ES CULPA NUESTRA QUE NOS SALGA UN CANCER EN EL CUERPO CUANDO ESTAMOS ANTE UNA FUENTE RADIACTIVA, LA RADIACIÓN ES, Y ESTÁ, Y NO ES NUESTRA, SÓLO ES NUESTRO LA REACCIÓN QUE EXPRESAMOS O SENTIMOS ANTE SUS CONSECUENCIAS SOBRE NOSOTROS… Así, resulta que hay quienes se dan cuenta que están ante algo radiactivo y dicen; ESTO ES RADIACTIVO… AQUÍ HAY ALGO QUE ME AFECTA DE ALGÚN MODOLo cual es muy distinto a reconocer que nosotros somos lo radiactivo y nos afectamos de ese modo… ¡PODEMOS PERCIVIR TAMBIÉN, LO QUE NO RESULTA DE NOSOTROS, SINO DE LO EXTERNO, EN LO AJENO!... Gracias a esto podemos advertir, tener precaución, intuir lo no conveniente o lo conveniente, siendo absurdo decir que si me siento angustiado, la angustia es mía cuando la está proyectando otra persona sobre nosotros… Así que decir que lo que se nos mueve es nuestro, es falso en la gran mayoría de casos. Es una estafa para someternos a revisión por quien nos quiere hacer creer que lo que intuimos es causa nuestra, cuando quizá, sea el que así nos dice, quien nos lo está provocando, aunque no lo sepa o así lo sienta… Pero al final, si nos lo creemos, somos sus sirvientes, sus esclavos, sus aprendices, para ser absorbidos en su secta, en sus deseos de obtener sumisión por parte nuestra como quizá lo logró con muchos otros: Nuestra sólo es la acción ante a lo que sentimos, pero lo que sentimos, no tiene que ser siempre nuestro, no tiene que fluir siempre de nosotros: QUE NO NOS ENGAÑEN…
Así, podemos sentir cómo alguien pretende algo de nosotros, y cuando no se lo damos, porque no sentimos dárselo, se aleja, se enoja, nos rechaza, y puede estar rechazando algo de sí mismo, pero nos acusará a nosotros de no estar acorde con su sentir, que nunca tiene por qué ser acorde al nuestro, pues todos sentimos en forma distinta... Si así actúa, no nos acepta, ni acepta la vida expresándose en un sentir distinto a la suya... el problema de orgullo lo tendrá él, no nosotros, que actuamos acordes a nuestro sentir, si es que no nos creamos rencores por el rechazo que nos expresó en muchas formas posibles.
  
Isaac Fernández de la Villa.

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