domingo, 27 de febrero de 2011

LA NADA NO EXISTE.



Alguna que otra vez, leemos o escuchamos dentro de la espiritualidad: “Somos Nada”. Si no es por que tal frase, fue dicha por alguien que antes sólo la escuchó o leyó para repetirla en sus charlas sin haber experimentado tal cosa, quien así se expresa habiéndolo experimentado y dice: “¡Yo estuve en la Nada!... ¡Yo experimenté la Nada, el Vacío!... ¡Y en realidad todos somos Vacío, Nada!…”, podrá contarnos una experiencia que así le hizo sentir.
Pero entonces me pregunto; ¿Quién ha sentido tal cosa?... Si en la Nada no hay nada, y además somos Nada, ¿Quién es aquello separado que puede estar en la Nada, siendo Nada y al tiempo ser un Observador directo de la Nada?... Porque si luego cuentan tan experiencia, no queda más remedio que algo estuvo allí para tener el recuerdo de ella, y ¿cómo algo que es Nada puede recordar Algo?... Sólo un Yo, un Ego, es capaz de experimentar algo que luego pueda llamar Nada, con todo el recuerdo de la experiencia que le permite hablar de ello.
¿Un Yo, o Ego puede sentirse tan expandido hacia lo inconmensurable para creer que es Nada?..., es posible, pero si la Nada en realidad es eso, Nada, y somos Nada, nada habría para recordar algo, pues la experiencia en su totalidad, no daría capacidad expresiva, no se podría tener recuerdo alguno de ella, pues significaría que algo que no era Nada lo Observó mientras lo experimentaba.
El Ego no desaparece en la Nada, el Vacío como tal no existe salvo para lo inexistente, y aquello de que nos disolveremos en la Nada considerado como estar libres de Ego, si es posible llegar a ello, para nuestra actual evolución álmica estaría tan lejos, que podríamos considerar que aún nos queda un tiempo infinito para llegar a tal disolución.
De esta forma, quien no recuerda que soñó, al no saber donde estuvo en las horas que durmió, podría decir que estuvo en la Nada, porque nada recuerda, de nada fue consciente, dejó de existir para saber nada de nada en ese espacio en que desapareció, sería mucho más certero en su conocimiento y expresión sobre la Nada, que cualquier experimentador de estados expansivos de conciencia, con Ego, que sobre tal cosa hablara; como si hubiese descubierto algo, una gran meta, un logro finito difícil de alcanzar para los demás. Y escuchándolos y creyendo que existe tal cosa, podemos caer embaucados en la búsqueda de Sentir esa Nada, absurda más allá de una experiencia personal, que parece pretender la inexistencia al calificarla como Nada. Cuando la inexistencia es imposible salvo por la desaparición de toda conciencia, de todo recuerdo, de toda capacidad de experimentar separados de algo, aunque sea del llamado Todo…
Por tanto, lo llamado Nada, considerado como Nada, se convierte en un absurdo al llevarse a la expresión verbal o escrita, si se le pretende dar mayor importancia, que la de un Ego experimentando algo más de las infinitas experiencias que nos aporta el estar encarnados en nuestros cuerpos físicos, y otros más sutiles que lo acompañan y también experimentan… Mejor sería decir: LA NADA NO EXISTE, SINO UNA EVOLUCIÓN DE CONCIENCIA, DE UN EGO EN CONTINUA EXPANSIÓN Y APRENDIZAJE; EN CONSTANTE EXPERIMENTACIÓN… 

POR ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.

jueves, 24 de febrero de 2011

SOBRE EL AMOR CONSCIENTE.

Hay que aprender a distinguir entre tres tipos de amor por lo menos (aunque haya siete en total): amor instintivo, amor emocional y amor consciente. No hay mayor peligro de que no se puedan aprender los dos primeros, pero el tercero es raro y depende tanto del esfuerzo como de la inteligencia. El amor instintivo está basado en la química. Toda la biología es química, o quizás deberíamos decir alquimia; y las afinidades del amor instintivo, manifestadas en las atracciones, repulsiones, combinaciones mecánicas y químicas que Ilamamos el amor, el cortejar, el matrimonio, hijos y familia, son sólo los equivalentes humanos del laboratorio de un químico. Pero ¿quién es aqui el químico? Lo llamamos la Naturaleza. Pero ¿quién es la Naturaleza? La verdad es que no lo sospechamos más de lo que pueda sospechar un alcanforero injertado en una higuera la existencia de un jardinero. Y, sin embargo, hay un jardinero. El amor instintivo, por ser químico, es tan fuerte y perdura tanto como las substancias y cualidades de las cuales es manifestación...
Esas substancias y cualidades no pueden ser conocidas y mensuradas sino por quien entienda la progresión alquímica que llamamos herencia. Muchos han observado que los matrimonios felices o desgraciados son hereditarios. Lo mismo sucede con el número de hijos, su sexo y su longevidad, etc. La llamada ciencia astrológica no es sino la ciencia (cuando llega a serlo) del proceso de la herencia durante largos períodos.
El amor emocional no tiene su raíz en la biología. De hecho, es casi siempre antibiológico en su carácter y dirección. El amor instintivo obedece a las leyes de la biología, es decir, a la química, y precede por afinidades. Pero el amor emocional es a menudo la atracción mutua entre desafinidades e incongruencias biológicas. El amor emocional, no acompañado por el amor instintivo (como casi siempre ocurre) raramente origina descendencia; y cuando esto sucede, la biología no se beneficia. Extrañas criaturas surgen de los abrazos del amor emocional: tritones y sirenas, Barbazules y belles dames sans merci. El amor emocional no sólo es efímero, sino que evoca a su asesino. Tal amor crea odio en su objeto, si es que el odio no está alli desde un principio. El amante emocional se vuelve pronto objeto de indiferencia y, poco después, de odio. Estas son las
tragedias del amor emocional.
El amor consciente rara vez se logra entre seres humanos; pero puede ser ilustrado en las relaciones del hombre con sus predilectos del reino animal o vegetal. El desarrollo del caballo y del perro desde su estado natural original o el cultivo de flores y frutos son otros tantos ejemplos de una forma primitiva de amor consciente, primitiva porque el motivo es todavía egoísta y utilitario. En sintesis, el caballo domado y la fruta cultivada sirven al hombre para su uso personal; y no puede decirse que su trabajo sobre ellos esté motivado solamente por el amor. El motivo del amor consciente, en su estado desarrollado, es el deseo de que el objeto Ilegue a alcanzar su propia perfección innata, sean cuales fueran las consecuencias para el amante mismo. “¿Que importo yo?, con tal de que ella alcance su perfecto desarrollo", dice el amante consciente. "Me iría al infierno si de esa alanera ella pudiera alcanzar el cielo." Y la paradoja de esta actitud es que un amor de esta índole siempre evoca en su objeto una actitud similar. El amor consciente engendra amor consciente. Es raro entre los seres humanos por varios motivos: primero, porque la gran mayoría son niños que quieren ser amados pero no amar; segundo, porque rara vez se concibe la perfección como la meta justa del amor humano - aunque sólo esto diferencie el amor humano adulto del amor infantil y animal; tercero, porque los seres humanos no saben, aunque lo deseen, qué es bueno para sus seres amados; y cuarto, porque nunca ocurre por accidente, sino que debe ser objeto de resolución, esfuerzo, elección consciente. Es tan poco probable que el amor consciente surja de por sí como que el Bushido o la Orden de Caballería haya surgido por accidente.
Así como éstas fueron obras de arte, también el amor consciente debe ser una obra de arte.
Este tipo de amante se enlista, pasa por su aprendizaje, y quizá alcance un día la maestría.
Se perfecciona a sí mismo para poder desear y ayudar con pureza la perfección de su amada.
¿Quiere alguien ingresar en esta orden del amor consciente? Que se deshaga entonces de todo deseo personal e idea preconcebida.  Contempla a su bienamada: ¿qué clase de mujer (u hombre) es ella (o él)? He aquí un misterio: un aroma de perfección, cuyo aire naciente es adorable. ¿Cómo puede actualizarse esta perfección, para gloria de la amada y de Dios su Creador? Que piense el amante si es capaz de ello. Sólo puede concluir que no lo es. Quien no puede cultivar flores, ni tratar bien a perros o caballos, ¿cómo puede aprender a revelar la perfección, aún por germinar, de la amada?
Se requiere humildad y luego una tolerancia deliberada. Si no estoy seguro de lo que conviene a su perfección, al menos que tenga ella libertad para seguir sus propias inclinaciones. Entretanto estudiaré: qué es ella, y qué puede Ilegar a ser; qué necesita, québusca su alma sin poder encontrarle nombre y, todavía menos, forma.
Tendré que prever hoy sus necesidades de mañana; sin pensar nunca en lo que sus necesidades puedan significar para mí. Veréis, hijos e hijas, la autodisciplina y la autoeducación que se exigen aquí. Entrad, audaces, en estos bosques encantados. Los dioses se aman conscientemente. Y los amantes conscientes se convierten en dioses.

(Título de la obra en inglés: "ON LOVE - WITH SOME APHORISMS AND OTHER ESSAYS"
Traducida del inglés por Dorothea Dooling, Roberto Wangeman Castro, Fernando Llosa Porras y Antonio Cook Garland)

viernes, 11 de febrero de 2011

LIBERTAD COMO FINALIDAD INTERNA.




Inmersos en la sociedad, programados mentalmente y sujetos a un cuerpo físico, no tendremos libertad con mayúsculas. El cuerpo necesita alimento y de agentes externos como el aire, que son condiciones vitales para su existencia. De esta forma, alcanzar la libertad en este sentido será constantemente algo parcial con respecto al Ser que somos, y aunque será de utilidad trabajar en lo externo para sentirnos cada vez más libres, no llegaremos a libertades elevadas alcanzables, si no trabajamos en nuestro interior, en la desprogramación tanto de la mente inferior programada con ideas de otros, como de nuestras emociones que actúan como programaciones emotivas, como de los impulsos viscerales o instintos básicos propios de nuestro cuerpo físico, así como fundamentalmente, en la ampliación de nuestra conciencia.
La conciencia, como estado en que somos conscientes de algún acto o situación, normalmente está muy atada a fuerzas que no la hacen libre. Enseguida nos damos cuenta que ésta pasa con facilidad a un segundo plano cuando por ejemplo, hablamos con los demás, o pensamos una cosa para saltar a otra, a otra,… sin ser conscientes del proceso, del principio o causa, así como del rumbo que llevan esos pensamientos, que parecen vivir por nosotros, porque pueden manifestarse como actos, conversaciones, y emociones que comenzaron y terminaron dentro de un proceso totalmente inconsciente donde no tuvimos más elección que dejarnos llevar por él.
Si consideramos la conciencia como el Ser que somos, con cualidad de observar con gran atención lo que sucede, vemos que no es libre, y así, nosotros no somos libres.
Entonces, ¿cómo conseguir la libertad de la misma, de esa consciencia que somos nosotros cuando se manifiesta en plenitud?... ¿Cómo conseguir nuestra verdadera libertad?...
La libertad de conciencia total se daría, o llegaríamos a alcanzarla, cuando nos hacemos plenamente y constantemente conscientes de todo lo que sucede tanto a nuestro alrededor como en nuestro interior…
Puede asustarnos este grado de libertad, pues el propio menosprecio a nuestro potencial, impuesto por la común creencia de que somos sólo un simple cuerpo físico con muchas limitaciones, nos hace creer que llegar a tal libertad supone una labor imposible; nuestra programación nos dice que no merece la pena un casi inhumano esfuerzo por alcanzar tal nivel de libertad. Sobre todo, cuando advertimos que aún nos vemos en apuros diariamente, tan sólo para controlarnos en algún asunto que nos sacó de nuestras casillas en unos pocos minutos… Pero si queremos ser libres, en algún momento y algún punto hay que comenzar a hacer algo para ello. De esta forma, alcanzar la libertad total de conciencia, y para no enfrentarnos a un camino que nos desanima si lo consideramos como algo infinito, podremos tomarlo como algo por etapas; como escalones donde vamos ascendiendo en libertad. Por ejemplo: Podemos plantearnos el pasar de un dejarnos llevar visceralmente, como normalmente hacemos cuando estamos muy programados, para adquirir el hábito de antes de actuar, detenernos un instante y hacernos conscientes tanto de lo que nos impulsa dentro de nosotros, lo cual nos da la oportunidad de elegir si seguirlo o no, como del dejarnos llevar o no por el impulso; alcanzando así un grado de libertad que no teníamos antes, pues comenzamos a ser nosotros quienes elegimos qué hacer, y no algo proveniente de los condicionamientos del Ego en sus formas de pensamientos mentales o emocionales.
Superar etapas como estas, donde las planteamos como pequeñas metas dentro de la libertad total que todos anhelamos y normalmente ignoramos, dependerá en gran medida, tanto de nuestro compromiso como de la perseverancia que empleemos hacia nuestra búsqueda de tal libertad, o lo que sería lo mismo, de la Felicidad con mayúsculas… Así todo el asunto de ser Felices o Libres, siempre quedará dentro de nuestro libre albedrío, y más sutilmente, dependiendo del cansancio adquirido con respecto a la vida que llevamos, sujeta a programación, dualidad, y por tanto a constante esfuerzo donde las recompensas no duran, y seguimos atrapados en un bucle de satisfacción – sufrimiento que a muchos ya se les hizo eterno…
¿YA ESTÁS HARTO?...

Isaac Fernández de la Villa.

martes, 8 de febrero de 2011

EL OBSERVADOR Y LA TRAMPA DE LA ESPIRITUALIDAD.

Cuando un pensamiento llega juzgando alguna situación, circunstancia u objeto, puede surgir otro que enjuicia nuestro primer pensamiento: Llega un juicio sobre algún asunto en el que deseamos no pensar. Primero surge el pensamiento (algo lo produce). Segundo surge el que podríamos llamar antipensamiento que dice; “no deseo juzgar” (Algo lo produce, y Tercero, existe el Observador que observa los dos anteriores (Algo Observa), y además, se hace capaz de aclarar el entramado mental…
Indagando, el primero pensamiento puede estar motivado por la personalidad programada tiempo atrás. El segundo pensamiento provoca tensión en el presente, rechazo contra el primero, basado en el juicio “lo mejor para mí es”, basándose en “mejor-peor, malo-bueno”, la dualidad… Y aunque esté más elevado en cuanto a la moralidad de su manifestación, sigue sujeto a la dualidad del no ser. Estos dos movimientos, participan del movimiento evolutivo de programación de la personalidad; se observa una versión anticuada, se juzga y mejora, proyectándose una versión actualizada o evolucionada. Lo cual, estando perfecto conforme al proceso evolutivo, sigue produciendo lucha interminable con sufrimientos y conflictos, pues la vieja personalidad se enfrentará con la nueva a vida o muerte, y aún cuando sea vencida en un terreno, luchará en otro para adentrarnos en un bucle interminable: La evolución de la personalidad conlleva lucha y sufrimientos constantes.
Pero tenemos al Observador, que al margen de la lucha, observa simplemente el primero y el segundo pensamiento, derivando nuestra energía hacia él mismo, y así la lucha se disipa, pues el juicio no cabe en la Observación, en la conciencia observadora, saliéndonos así del jueguecito de juicio y antijuicio, que no deja de ser otro juicio (abogado defensor, abogado acusador y nos hacemos maestros de la mecánica judicial). Con el Observador no hay juez, que sería una tercera evolución de la personalidad que enjuicia otras dos posturas, absurdas por su lineal evolución, horizontal, al ser el juicio de un juicio que enjuicia otro juicio. Así, la Observación, la Atención alerta que no enjuicia, es capaz de ver la trampa que la propia mente inferior (la de la personalidad condicionada), ejerce constantemente sobre nosotros, significando esto un inicio del despertar espiritual, una ampliación de conciencia, o simplemente el despertar. Para comenzar a salir de la personalidad condicionada que se esfuerza por no ceder protagonismo, aunque sea sacrificándose constantemente a ella misma para renacer evolucionada, y ser la misma mente programada quien sigue gobernando nuestro pensar y sentir…

Con esto podemos comprender la trampa más grande de la espiritualidad en su actual contexto social: Cuando leemos y aprendemos que la autocorrección, la transmutación, tal o cual curso o cursillo de miles de cosas que han salido al mercado, nos traerán beneficios necesarios para evolucionar espiritualmente. Sólo es la mente programada aprendiendo y trabajando en ello, para evolucionar diferentes aspectos sin salir de ella misma: Generando juicios y transcendiendo lo que considera no adecuado, aprendiendo de las enseñanzas espirituales para seguir embaucados en sus dominios, aunque nos sintamos bien pudiendo valorar y juzgar que avanzamos espiritualmente. Y aunque seas así, este camino es lento, lentísimo si no descubrimos la trampa que esto significa para un Observador que no aparecerá con claridad, por estar nuestra conciencia engañada con la dirección llevamos y nos complace temporalmente, pues seguimos en la dualidad causante de sufrimiento: Nuestra conciencia identificada con un primer pensamiento, como el recuerdo de una situación que nos desagrada, se engañará para generar angustias que nos llevan al segundo pensamiento. El que observó el primero y quiere modificarlo o se anule, lo que conlleva esfuerzo, desgaste, y en caso que no sepamos hacerlo, desesperanza y frustración… O mucho tiempo, pues la mente inferior es nula de producir cambios óptimos en sí misma de forma rápida y efectiva, sin represión o el “mirar para otro lado” hoy, para no solucionar las causas del conflicto y sufrirlo más adelante con más fuerza…
De esta forma, sólo desde el Observador, desde ese punto donde se carece de intención, se llevarán a cabo los cambios por sí solos, siempre en la medida que seamos capaces de mantener una conciencia Observadora, atenta, y en alerta constante.




ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.

lunes, 7 de febrero de 2011

EL CAMINO DE LA VERDAD.

El camino de la Verdad es como una estrella en la noche que queremos alcanzar… Y en un principio la vemos al alcance de nuestras manos, con capacidad plena de llegar a poseerla fácilmente… Comenzamos a caminar hacia ella, para ver con asombro que se va alejando, y de nuestra vista se pierde, para quedarnos de nuevo envueltos en la oscuridad… Entonces, es cuando dentro de las tinieblas, cuando en ellas nos sentimos atrapados de nuevo sin salida, ocurre algo que nos hace ver el error que cometimos, pues no nos convenía el sendero tomado, y embaucados en él caímos… Tras darnos cuenta de esto, la estrella aparece de nuevo, iluminada, allá a lo lejos, de nuevo al alcance de la mano, pero ahora comprendimos, sentimos y nos percatamos, para saber desechar lo que nos guió erróneamente… Y la estrella vuelve a alejarse, pero ya no importa, porque su intensidad va en aumento, siendo suficiente para no hacernos cesar en ir hacia su encuentro… Y esta luz llega a ser tan fuerte, que aunque esté lejos la estrella, o así nos lo parezca, ya no existe oscuridad a nuestro lado… Para ser la atracción de esta luz, tan grande, que ya no existe vuelta atrás, y nada ni nadie puede impedir nuestro caminar, porque nada ni nadie puede ser más poderoso que la luz de la Verdad, cuando ésta nos llama desde nuestro propio corazón. POR ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.

viernes, 4 de febrero de 2011

LO ABSURDO DEL NO HACER.


Dentro de la espiritualidad, y su mundo de búsqueda constante, y aparentes encontrares que engatusan para más que menos; encantarse y estancarse, encontré que se considera el despertarse o el iluminarse como un fin, una meta, donde dejarse caer en algo llamado "el no hacer"... ¿No es eso mismo lo que hacemos cuando vivimos programados, condicionados: No hacer algo por nuestro Ser, con nuestro Ser, sino hacer todo por pura programación, (condicionamiento)?... 
El mismo bucle se traslada al siguiente plano, para quedar de nuevo en lo plano, en el mordernos la cola, esta vez en un estado más complaciente. 
¿Qué nos separa de una planta entonces?... La planta no hace por crecer, pero si su expresión evolutiva entrase en un "no hacer total", ¿por qué crecer?... ¿Para qué crecer si nada hay que hacer?... Una planta no crea conscientemente, no fabrica herramientas para seguir construyendo otras herramientas que servirán para construir otras grandes cosas…  Y sin embargo sí se dobla en busca de la luz mientras crece...
¿Tenemos que convertirnos en plantas para dejar los dones otorgados a la humanidad en menosprecio hacia ellos?... ¿No sería una clase de egoísmo el dejarnos caer en la complacencia de nuestro nuevo estado de “Despiertos” o “Iluminados”, si nos convertimos en plantas?...  Así, el "no hacer" llevado a cierto punto, se convierte en un hacer de la Vida, de la energía que fluye por todos y todo, un absurdo salido de ideas y sentires complacientes, para caer de nuevo en el mismo estancamiento del que creímos haber salido… Encontrándonos con un mayor impedimento para hacer algo al respecto, sobre todo, si nos separamos de los demás por considerarnos alejados de ellos, mejores que ellos, dentro la común evolución, para de esta forma, no escuchar la Vida que por todas partes fluye e indica qué es aquello que podemos hacer, qué es aquello que podemos mejorar, qué es aquello que podemos crear, para apoyar una evolución que no deja de manifestarse y expresarse por doquier en constante Dar y Recibir… 
Así, estemos donde estemos y hayamos llegado a donde creamos que hayamos llegado, nunca deja de estar vigente la frase: “QUIEN HACE PUEDE EQUIVOCARSE, PERO QUIEN NO HACE, YA ESTÁ EQUIVOCADO”…
Isaac Fernández de la Villa.

martes, 1 de febrero de 2011

FELIZ MES DEL AMOR Y LA AMISTAD...


Trayendo el recuerdo de que en Somoto, Nicaragua, este mes de febrero no sólo sobresale por ser el 14 el día de los enamorados, sentí escribir sobre la amistad, pues allí, Febrero es el mes del AMOR Y LA AMISTAD… Y tras una larga, infinita, eterna peregrinación en la que sigo caminado sin senderos definidos, con mi mochila siempre lista, viendo hoy la película CONVERSACIONES CON DIOS (http://www.megavideo.com/?v=0GSPDD71), una frase se me presentó majestuosa, como muchas otras que para mí, pasaron a ser indicaciones directas provenientes de sabidurías ancestrales, de Dios, del Todo, del Tao…: LOS AMIGOS EN LA CALLE ES DIFICIL HACERLOS… PERO MUCHO MÁS, PERDERLOS…
¿Qué no es la calle sino las etapas más difíciles de nuestros senderos?... Donde nuestras programaciones mentales proveniente de la cultura y la aberrante educación materialista a la que fuimos sometidos se derrumbaron por completo, o por lo menos, las defensas de la misma mermaron lo suficiente para sentir la vida desde nuestra Alma, desde lo que realmente somos…
¿Qué no son los amigos o los compañeros de camino más, que aquellas personas donde encontramos una conexión más profunda que la cotidiana programación donde siempre nos perdemos?...
Y de esta forma, el AMIGO siempre perdura en el tiempo eterno de nuestros corazones, donde no importa el espacio, ni las llamadas, ni las circunstancias de cada cual para sentirlos presente a cada paso, a cada instante… Para aunque años, siglos, o eones pasen, de pronto, en un instante, vuelvan a sentirse presente en nuestro Estar, en nuestro Sentir, y aparezcan más vivos que nunca, aunque alguna vez los pudimos creer muertos e inexistentes…
¿Será por esto que la muerte no existe?...
¿Será, que realmente la muerte no existe?.... ¿Será que nos engañaron desde siempre?...
Con los dedos de una mano se cuentan los amigos y dedos sobran… pero siendo así, en nuestra actual situación mundana y terrenal, trascendiendo las fronteras de la materialidad, esta frase se hace falsa y los amigos comienzan a surgir como las flores en primavera… Sólo hace falta vivir desde nuestro corazón, desde nuestro sentir, desde ese observador aparentemente frío del que tanto enseñó J. Krishnamurti, que pronto se convierte en la compasión y en el amor incondicional que nos enseñaron Buda y Jesús, cuando tal cualidad de observación se dirige hacia el corazón, hacia la FUENTE, donde el Amor, la Sabiduría, y la Voluntad divina lo espera para dirigirlo hacia el camino que nos llevará a la real cesación del sufrimiento y gozo eterno…
Por eso, a todos y todas os deseo, FELIZ MES DEL AMOR Y LA AMISTAD.



ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.