EL CONCEPTO: DESPERTAR.

Hace ya algún tiempo que sentí la necesidad de escribir sobre esto, sobre el concepto de lo llamado Despertar que coloquialmente se viene usando de forma más común para adjetivar a personas como Despiertos o Dormidos, lo que no es más que una derivación o evolución de otra palabra más usada en la antigüedad, que según mi parecer ha sido cambiada para no ofender a unos cada vez más susceptibles Egos, porque las nuevas sociedades nos educaron y programaron hacia la competencia despiadada entre hermanos humanos y por tanto hacia la susceptibilidad: Se trata de la palabra Ignorancia, dormido es sinónimo de Ignorante, pero es más fácil decirle a alguien que está dormido que es un ignorante, aunque incluso tratando de no ofender, ya hay muchos que se ofenden cuando se les habla del despertar mientras ellos prefieren estar dormidos en su pequeño mundito egoísta de constante búsqueda de satisfacciones personales: Pues viven aún en; primero el YO, etapa por la que hemos pasado todos, sólo hay que ver cómo actúan los niños con sus juguetes y su búsqueda de satisfacción continua, no creamos que por considerarnos despiertos somos mejores en algún sentido, pues ¿es mejor o peor un padre que su hijo aún pequeño?... Son planteamientos absurdos propios de Egos infantiles…

¿De qué se trataría pues, lo llamado Despertar?...

Es sencillo, sólo hay que pararse a reflexionar un poco y todos podemos hacerlo, sólo algo de pereza adherida nos lo impide…

Cuando estamos en la cama dormidos profundamente, no nos percatamos de lo que sucede a nuestro alrededor, y según la profundidad de nuestro sueño, puede suceder que éntre un ladrón en nuestra casa y nos robe sin darnos cuenta; ¿No es esto lo que están haciendo algunos con el sistema neoliberal que nos han implantado?... ¿Quiénes serían los despiertos en este caso?... Los que de pronto se DAN CUENTA que les están robando, cuando antes, estando en la cama profundamente dormidos, no apreciaban tal hecho… Y hay que tener en cuenta que todo el que está despierto, es porque estuvo dormido alguna vez, no creamos que todos nacemos conociendo el Universo…

Pero el tema del “Despertar” no termina ahí con ese Darnos Cuenta que nos estan robando dentro de casa: Está sujeto a escala, pues igual que dormidos en nuestra cama podemos despertar, para darnos cuenta que hay un ladrón robando nuestro televisor en el salón, quizá no despertemos lo suficiente para descubrir que nos están robando el coche aparcado en la calle… Lo que significa que existen tipos de despertares distintos tanto por sus grados sutiles como por los terrenos que abarcan… Si lo aplicamos a la política, un despertar sería; darnos cuenta que el gobierno de nuestro país nos engaña, y otro despertar más “elevado” por su área de influencia más amplia, sería darnos cuenta que el gobierno de nuestro país nos engaña porque por encima hay otros poderes, como por ejemplo en Europa, la Unión Europea, la cual provoca que nos engañe nuestro gobierno pues lo hicieron esclavo de tal Unión, y si consideramos otro despertar más amplio o “elevado”, sería darnos cuenta que la Unión Europea, a la vez, es gobernada por un grupo de personas mezquinas y manipuladoras como aquellas que participan del club Bilderberg… ¿Me explico?... El tema del despertar no se trata que algunos son ignorantes por completo mientras otros son “sabios” o conocedores por completo de todo el Universo: TODOS SOMOS IGNORANTES DE ALGO Y CONOCEDORES DE ALGO, sólo estamos en distintos niveles de comprensión y conocimientos; lo cual no debería llevarnos a ofensas ni luchas entre nosotros porque ¿cómo alguien que estudia primaria pretende saber más que alguien que está en la Universidad?... (No voy a entrar aquí en metafísica y temas de niños Índigo y almas viejas encarnadas, porque si no terminaría nunca…). Y en el proceso de despertar, debemos tener en cuenta que los hay quienes se contentarán con haber aprobado o “despertado” hasta quinto grado, para detener su avance y descansan, quizá años, disfrutando que saben por ejemplo, sobre la manipulación mundial que ejercen los mercados financieros, las empresas como Monsanto en cuestión genética alimentaria,…, mientras otros los habrá que sus inquietudes internas los llevó a descubrir otras cosas, como que podemos ser el fruto de 22 razas alienígenas y pueden haber extraterrestres que nos vienen manipulando, etc. O también los hay quienes aprendieron sobre las potencialidades humanas por su parte espiritual y se hicieron conocedores de cosas como la Ascensión, la Tranfiguración, la Transmutación…:

El despertar es un proceso continuado, no una meta estática, y tiene infinidad de características según se aplique la palabra a según qué determinados casos o terrenos, participando tanto en la comprensión de lo físico y mundano, como de lo espiritual y metafísico. Así la palabra ILUMINACIÓN, participa de las mismas características que DESPERTAR, en realidad sería la misma cosa en su cualidad más fundamental: Aumentar el grado de conciencia respecto a otro menor que teníamos anteriormente. Sucede que la palabra ILUMINACIÓN, se ha venido usando más en el terreno místico y religioso desde hace siglos, que para aplicarlo al ciudadano común que programado socialmente, de pronto amplía su visión social a terrenos más amplios. La única diferencia es, que quien despierta espiritualmente o se “Ilumina” en este terreno místico, lo hace hacia una comprensión espiritual o metafísica… Pero en definitiva tanto la ILUMINANCIÓN como el DESPERTAR se trata de continuadas expansiones de conciencia a diferentes niveles y referente a distintos hechos, siendo impulsado por todo aquello que logra producir en nosotros un DARNOS CUENTA (esta es la clave) de algo que antes no éramos capaces de percibir… Y para terminar, puntualizar que la palabra Iluminación tiene una carga histórica que la llevó al terreno místico mientras la sociedad materialista la desprestigió a lo largo de la historia, sobre todo porque muchos en su soberbia personal no soportaron que otras personas pudieran Saber, o comprender más que ellos, y por eso actuaron en su contra y torturaron y quemaron en hogueras; o también, y para acercarnos más a nuestros tiempos, porque si conocemos el mundo de lo exotérico, como el caso de las echadoras de cartas y otras, se la usó para el abuso basado en la avaricia de quien de ella pretendió sacar beneficio personal… Porque si en nuestro país, un buen sueldo que nos permite vivir muy bien es de 50 $ al día por 8 horas de trabajo, ¿qué necesidad tiene quien por ejemplo nos hecha las cartas, de cobrarnos en media hora 50 $?... Si lo multiplicamos 8x2, son 16 cobros al día de 50 $, igual a 800 $ al día, que si trabaja 20 días al mes, resultan 16.000 $ al mes…Lo cual es un tremendo abuso moral y éticamente visto por lo desproporcionado de la ganancia respecto al esfuerzo empleado, puro Capitalismo Salvaje en su práctica más cruel de la oferta y la demanda, porque siempre se discrimina a quienes menos tienen, ya que los precios siempre se adecuan a quienes pueden pagarlos con sus poderes adquisitivos más elevados, y así infinidad de productos quedan fuera del alcance de la mayoría de nosotros… ¿Quién puede comer caviar auténtico todos los días?... Yo no lo he probado en mi vida…

Está bien ganarse la vida, hay que comer y vivir en el mundo físico y necesitaremos para ello dinero y objetos, pero quienes realmente avanzan espiritualmente procuran hacerlo dentro de lo razonable y con una lógica proporcional a lo necesario, adecuada al entorno donde viven… Pues si esta echadora de cartas que así cobra se fuese a Latinoamérica; o para seguir ganando lo mismo sólo se dedica a unos pocos ricos multimillonarios, excluyendo a los pobres de dar sus servicios, o tendría que cobrar para ganar quizá, 10 $ al día… Lo que haga dependería de su solidaridad e interés en ayudar con su labor, o de su codicia por ganar y ganar solamente para ella misma: “POR SUS ACTOS LOS CONOCEREIS”, dijo quien muchos ya sabéis; y por ellos sabréis la evolución espiritual de cada uno, que no por sus cualidades quizá fuera de lo común: No es el don, sino el uso que de él hacemos lo que nos califica.

Isaac Fernández de la Villa.